La artritis puede causar deformidades en las articulaciones del pie y el tobillo. Las deformidades severas pueden requerir cirugía. Una de las causas de la artritis en el pie es el pie de Charcot.

El pie de Charcot ocurre cuando los huesos del pie se debilitan debido a afecciones como la artritis y el daño a los nervios. Los diabéticos que tienen neuropatía pueden sufrir pie de Charcot. Los huesos debilitados se vuelven susceptibles a fracturas en los pies o tobillos, lo que puede causar deformidades óseas que alteran la forma y forma del pie. Los arcos caídos y las articulaciones colapsadas provocan cambios en la forma del pie; esto puede provocar heridas y úlceras ya que la presión provoca fricción en las áreas deformes. El pie de Charcot puede afectar uno o ambos pies, así como los tobillos. El inicio del pie de Charcot ocurre a la edad promedio de 40 años.

El pie de Charcot se puede tratar con reposo, elevación e inmovilización para detener el dolor y permitir que las fracturas y heridas sanen. Sin embargo, muchos casos requieren cirugía para corregir las deformidades y reparar las fracturas, particularmente en pacientes que tienen una deformidad crónica o significativa junto con inestabilidad, presión extrema y/o úlceras graves. La cirugía puede implicar la realineación del retropié, el tobillo y la parte media del pie para mejorar la estabilidad y reducir la presión que puede causar heridas y úlceras. Se pueden insertar dispositivos de fijación interna dentro del pie y se pueden realizar ostectomías para eliminar las protuberancias óseas en la parte inferior del pie.