Durante el embarazo, los pies experimentan cambios, al igual que el resto del cuerpo de la mujer embarazada. El aumento de peso durante el embarazo ejerce más presión y estrés de lo habitual sobre los pies, por lo que las futuras madres deben usar zapatos planos o zapatos con tacón bajo y base ancha para mayor apoyo. El peso adicional en el área abdominal afecta el equilibrio, por lo que es mejor un zapato bajo y de apoyo. Además, la hinchazón en los pies y la parte inferior de las piernas puede empeorar los problemas preexistentes en los pies, lo que provoca inflamación e incomodidad. El cuerpo también secreta hormonas que aflojan los ligamentos para preparar el cuerpo para el parto. Como resultado, los ligamentos de los pies y la parte inferior de las piernas se aflojan, lo que aumenta las posibilidades de torceduras y esguinces en los tobillos y los pies.
Es importante cuidar los pies durante el embarazo. Dale a los pies la oportunidad de descansar; levantar los pies puede ayudar a reducir la hinchazón. Cuando esté sentado durante largos períodos de tiempo, asegúrese de levantarse y caminar con frecuencia para que la circulación funcione. Dado que los pies pueden cambiar de tamaño y forma durante el embarazo, asegúrese de que los zapatos le queden bien y ofrezcan mucho apoyo. Se debe ver a un podólogo por cualquier problema con los pies o los tobillos durante el embarazo.