Aunque por lo general no duran mucho, los espasmos o contracciones musculares repentinas e intensas pueden ser extremadamente dolorosos. Los espasmos pueden ocurrir en los pies, dedos de los pies, manos y pulgares, causando entumecimiento, debilidad muscular, hormigueo y espasmos incontrolables. Los espasmos de los pies y los dedos de los pies se conocen como espasmos carpopedales. Algunas causas de los espasmos son enfermedades neuromusculares, deficiencias vitamínicas, niveles anormales de electrolitos o minerales, deshidratación y daños o lesiones en los nervios que se conectan a los músculos.

Algunos espasmos pueden evitarse o aliviarse con una hidratación adecuada, suplementos vitamínicos o minerales y actividades ligeras que relajen los músculos (nunca tomes ningún medicamento o suplemento sin antes consultar con un médico). Dado que los espasmos pueden indicar una afección médica subyacente, las personas que sufran cualquier tipo de espasmo muscular deben comunicarse de inmediato con un médico o un profesional de la salud.