Las venas llevan sangre de regreso al corazón, mientras que las arterias llevan sangre desde el corazón. La estasis venosa ocurre cuando se restringe el flujo normal de sangre desde las piernas hacia el corazón. El funcionamiento inadecuado de las venas puede deberse a flebitis superficial, en la que se desarrollan coágulos de sangre en las venas superficiales como resultado de una lesión, o a trombosis venosa profunda, en la que se forman coágulos de sangre en las venas profundas de la pierna.

La estasis venosa puede causar dolor, calambres e hinchazón (edema) en las piernas y los tobillos, así como piernas que se sienten cansadas, adoloridas, palpitantes, con comezón y/o tensas. La piel puede engrosarse y oscurecerse, y pueden desarrollarse úlceras en la parte inferior de las piernas como resultado de la acumulación de sangre allí. Con las venas varicosas, las venas se agrandan y se hacen visibles a través de la piel, adquiriendo una apariencia viscosa y llena de bultos.

El tratamiento para la estasis venosa puede incluir descansar y elevar las piernas, usar medias de compresión y hacer ejercicio para mejorar la circulación. En algunos casos, los médicos recetarán medicamentos o realizarán una cirugía en las venas (nunca tome ningún medicamento sin antes consultar a un médico).