Los deportes y el entrenamiento deportivo pueden causar lesiones en los pies debido a impactos, movimientos bruscos, movimientos repetitivos, uso excesivo y calzado constrictivo.

Correr, caminar y el ejercicio o las actividades aeróbicas de impacto pueden ser especialmente molestos para los pies. Los impactos aeróbicos pueden generar fuerzas de hasta seis veces la fuerza de la gravedad; estos impactos suelen causar lesiones y traumatismos en los huesos de los pies y los tobillos. Usar las zapatillas adecuadas es una de las principales precauciones para protegerse contra lesiones en los pies y los tobillos. Las zapatillas deben ajustarse correctamente, minimizar la inestabilidad lateral y tener amortiguación y soporte para absorber los golpes y reducir la presión. Estirarse antes y después de la actividad también es clave para mantener a raya las lesiones.

Los deportes como el béisbol, el fútbol americano, el fútbol, ​​el hockey sobre césped, el baloncesto y el lacrosse suelen implicar una dura competencia en superficies duras o campos artificiales. Los atletas que participan con demasiada frecuencia usan zapatillas o tacos inadecuados y no se estiran lo suficiente antes y después de los juegos, las prácticas y los entrenamientos. Estas condiciones pueden provocar lesiones en el pie y el tobillo.

Los movimientos de las artes marciales y el kickboxing pueden causar afecciones como fascitis plantar, tendinitis de Aquiles, sesamoiditis y esguinces de tobillo, todos los cuales pueden minimizarse con un estiramiento adecuado durante al menos 15 minutos antes de comenzar la actividad.