La coalición tarsal se desarrolla entre los huesos del tarso que se encuentran en la parte posterior del pie debido a una conexión anormal entre dos de los huesos del tarso. Los huesos del tarso incluyen el hueso del talón, el astrágalo y los huesos naviculares sobre el hueso del talón, el cuboides frente al hueso del talón y los huesos cuneiformes que se encuentran frente al hueso navicular y encima del hueso cuboides. La coalición tarsal puede ocurrir en uno o ambos pies, lo que resulta en dolor y movilidad limitada. Lo más común es que sea el resultado de una malformación ósea en el útero, pero no suele causar problemas a la persona afectada hasta el final de la infancia o la adolescencia. También puede deberse a una infección, lesión o problemas en las articulaciones, como la artritis.

Los síntomas incluyen rigidez, dolor, espasmos musculares y fatiga en las piernas. El pie plano también puede surgir de una coalición tarsiana. Los tratamientos incluyen aparatos ortopédicos, inmovilización, medicamentos antiinflamatorios (pregunte a un médico antes de tomar cualquier medicamento), inyecciones de cortisona y/o anestésicos, fisioterapia y cirugía si los tratamientos anteriores no logran aliviar el dolor y otros síntomas.