Los quistes ganglionares que se forman a lo largo de los tendones y las articulaciones del tobillo y el pie a veces deben extirparse mediante cirugía si el quiste no se reduce por sí solo o si el drenaje del quiste no tiene éxito. Durante la extracción de un quiste, el quiste se corta del tendón o la articulación y se extrae. Por lo general, el procedimiento se realiza de forma ambulatoria con anestesia local. El tiempo de recuperación y el tratamiento posterior a la cirugía varían según el tamaño y la ubicación del quiste. Puede ocurrir daño a los nervios, vasos sanguíneos y/o tendones como resultado de la cirugía, pero esto no es común. Algunos quistes recurren.