Las úlceras son heridas o llagas persistentes que no cicatrizan adecuadamente o se vuelven crónicas. Las úlceras en los pies se producen principalmente debido a la reducción de la sensación nerviosa, la mala circulación, la disfunción de las venas y la presión constante en un lugar en particular. Los diabéticos son propensos a las úlceras en los pies. Las úlceras pueden o no causar dolor y pueden ir acompañadas de hinchazón, malestar, enrojecimiento, picazón, ardor e irritación.

Las úlceras en los pies pueden surgir debido a deformidades metatarsianas que impactan la parte inferior del pie, exponiendo puntos particulares a una presión constante que hace que la piel se endurezca, se separe y posiblemente se infecte. Para los pacientes postrados en cama, se pueden formar úlceras en los pies en la parte posterior de los talones debido a la presión constante sobre la piel de la cama.

Las úlceras tienen cuatro etapas de gravedad que se basan en la profundidad de penetración de la herida o llaga a través de la piel:

  • La primera etapa de las úlceras involucra enrojecimiento e irritación que ocurren donde sobresalen los huesos o se aplica presión constante. La piel del área afectada puede permanecer roja incluso después de aliviar la presión en el lugar. Puede haber malestar y dolor acompañantes.
  • La segunda etapa de las úlceras involucra las dos capas superiores de la piel. Las ampollas, la descamación y el agrietamiento de la piel son signos de úlceras en etapa dos. Se siente sensibilidad y dolor en el área de la úlcera.
  • La tercera etapa de las úlceras implica una penetración más profunda en la ruptura de la piel. El tejido entre la piel y el músculo se ve afectado y aparece piel rota y sangrante. En este punto, el dolor puede disminuir debido a un daño tisular más severo.
  • La cuarta etapa de las úlceras implica una penetración aún más profunda del tejido dañado, que se extiende hasta el músculo, el tendón y el hueso. Puede provocar infecciones en los huesos o la sangre. De nuevo, el tejido dañado puede no generar dolor ni molestias.

Las úlceras deben ser tratadas por un médico que pueda evaluar, diagnosticar y tratar adecuadamente cualquier afección médica subyacente, así como cuidar adecuadamente la herida para prevenir infecciones.