La actividad aeróbica es una forma popular de ejercicio para muchas personas debido a los beneficios positivos para la salud que imparte. Por ejemplo, el ejercicio aeróbico puede mejorar la salud del corazón, los pulmones y la circulación; aliviar el estrés; fomentar la pérdida de peso; mejorar la resistencia; y fortalecer y tonificar los músculos.

A pesar de los beneficios de las actividades aeróbicas, el impacto constante y repetitivo de los saltos, el movimiento de lado a lado y empujar hacia adelante sobre superficies duras puede provocar lesiones en los pies y los tobillos. Debido a la tensión en los pies, es importante usar calzado adecuado mientras se participa en el ejercicio aeróbico para reducir la posibilidad de lesiones. Elija una zapatilla diseñada específicamente para la actividad en cuestión. La zapatilla debe ofrecer soporte para el arco, las plantas y los costados del pie, así como el tipo correcto de amortiguación y absorción de impactos. Recuerde, una zapatilla para correr está diseñada de manera diferente a una zapatilla para clases de aeróbicos. Por ejemplo, un zapato para clases de aeróbic se adapta a movimientos de lado a lado, saltos, giros y giros. Un ajuste adecuado también es crucial, así que asegúrese de llevar consigo los calcetines reales que usará durante la actividad aeróbica cuando se pruebe zapatillas nuevas. Dado que los pies se hinchan a medida que avanza el día, es mejor probarse zapatillas nuevas en la última parte del día para que no sean demasiado pequeñas o apretadas.

También es fundamental mantener los pies y tobillos bien estirados y fuertes realizando ejercicios específicos de tobillo y pie antes y después de la actividad aeróbica.