El tenis requiere muchas paradas y arranques repentinos, así como movimientos y saltos repetitivos de lado a lado. Estas acciones pueden ser estresantes para los pies y los tobillos de cualquier tenista, desde el principiante hasta el profesional. A la luz de esto, las lesiones comunes del tenis incluyen esguinces de tobillo, fracturas por estrés, fascitis plantar y, por supuesto, dedo del pie de tenis.

Las lesiones durante el tenis se pueden prevenir mediante el acondicionamiento general del cuerpo para desarrollar fuerza y ​​flexibilidad. Los músculos deben estirarse antes y después de jugar, prestando especial atención a los músculos de la parte inferior de la pierna y la zona de la pantorrilla. Es importante acudir siempre a un podólogo ante cualquier tipo de molestia o dolor crónico en el tobillo o el pie durante o después de jugar al tenis.

Las zapatillas de tenis deben tener amortiguación y absorción de impactos para estabilizar los pies y los tobillos y absorber el impacto constante que se ejerce sobre los pies. La zapatilla debe estar diseñada para proporcionar soporte para el movimiento lateral que requiere el tenis; también debe tener una puntera reforzada, una puntera espaciosa, un talón firme, un talón bien ajustado y una buena amortiguación en el talón y la punta del pie.

Para garantizar un calce adecuado para las zapatillas de tenis, asegúrese de medir ambos pies mientras está de pie; compre un tamaño de zapato que se ajuste al más grande de sus dos pies, ya que la mayoría de las personas tienen pies que son ligeramente diferentes en tamaño. Debe haber alrededor de media pulgada entre los dedos de los pies y la parte delantera de la zapatilla para permitir un margen de maniobra. Pruébese la zapatilla con los calcetines que usará mientras juega al tenis y compre las zapatillas al final del día, cuando los pies están más hinchados. Pruebe el apoyo, la amortiguación y la flexibilidad de los zapatos caminando y saltando sobre una superficie dura, además de completar algunos giros rápidos. Las zapatillas deben ser cómodas desde el principio y no deben tener que “romperse para que queden bien”.